En esta vida afortunadamente no todo tiene un precio, como se suele decir, no es más rico el que más tiene sino el que menos necesita, es esta la realidad de la mayor parte de las cuestiones que nos mueven y mueven diariamente nuestro mundo, nuestro país, nuestro pueblo.
Hay pequeñas cosas que solo son apreciables cuando las necesitamos o nos fijamos mucho en ellas por una casualidad o porque sí, en definitiva lo importante no es todo lo que vemos sino lo que realmente necesitamos.
Ayer por la noche, después de terminar una reunión, sobre las 11.30 horas de la noche, me llamaron por teléfono para comunicarme que había fuego en el término municipal de Vva, inmediatamente llamé al jefe de los bomberos voluntarios y éste ya había puesto en marcha todo el dispositivo, en definitiva, había "desgarrado" de una dulce velada de televisión o de charla a unos hombres que en su día dieron la palabra de ser bomberos voluntarios.
Al poco tiempo llegué a la zona del incendio y aunque no era en el término de Vva, allí estaban, los únicos que estaban apagando el fuego, los bomberos voluntarios de Vva, auténticos, los únicos que finalmente y a pesar de las condiciones lograron sofocar el incendio.
Curiosamente, casi dos horas después acudió hasta el lugar el primer y único contingente contra incendios profesional, y ya para qué?, bueno pues estos señores que "llegaron a su hora" solo se dedicaron a velar porque no se volviese a reproducir el incendio que los bomberos voluntarios de Vva acababan de sofocar.
La realidad de todo esto, y es lo que más molesta es que nadie dio las gracias a los bomberos voluntarios por ejercer de bomberos, nadie les reconoció que dejaron su sofá, su amaca o su cama por ejercer voluntariamente de bombero.
Por eso hay cosas que no tienen precio, afortunadamente no lo tienen, porque si algún día lo tuvieran entonces todo cambiaría. En este lado de la raya, donde estamos menos alienados que en las grandes urbes estas personas valen su peso en oro, gracias por lo tanto a todos ellos, gracias por ofreceros como voluntarios y gracias por la tranquilidad que nos transmitís por estar ahí.
